Ya no tengo la dulzura de tus besos

 

La puesta escrita y dirigida por Juan Carrasco apela a un tema inmortal: el amor y tiene como condición de posibilidad de narración y re-presentación al tango, dos maravillosas intérpretes y un viaje a un día histórico del pasado que conmueve profundamente.

Por Teresa Gatto

 

”A ver, mujer! Un poco mÔs de ron
y ciƩrrate la bata de percal
que vi tu corazón
desnudo en el cristal,
temblando al escuchar
esa canción...

Una canciónCatulo Castillo

Hace muchos aƱos el psicoanalista Juan Dobón escribió ā€œPsicoanĆ”lisis del tangoā€. ElegĆ­a, nada azarosamente, letras en las que se mostraba algo que Ć©l resumió como ā€œel tango es un tratado sobre la Histeria porque estĆ” escrito por un neurótico obsesivoā€. Evidentemente las letras tenĆ­an como protagonistas a aquellas Colombinas de la  anoche de Carnaval, a las Papuzas, a las que regresaron con ese vestidito, a las del rencor mi viejo rencor, a MarĆ­a, la mĆ”s mĆ­a, la lejana, a las que podĆ­an volver por las calles del adiós o no regresar nunca por taimadas o ambiciosas.

Pero hay mÔs en el tango y aunque, el texto es esclarecedor, quedaban fuera aquellos de amores felices, las milongas y valses. Hay historias, tópicos que no tienen que ver con abandonos y mucha filosofía de café, tirada en la mesa junto al papel del terrón de azúcar que al lado de algunos que filosofan el entusiasmo de hoy son compendios de vida.

Pero veamos: corre 1935,  Radio Splendor estĆ” buscando una cantante de tangos para el spot del Jabón Pompidour. Y como bien seƱalaba el Maestro Osvaldo Pellettieri, se produce el teatro de encuentro.

Estamos en un estudio de radio y el maravilloso guitarrista interpretado por Jorge Federico Mobili, estĆ” tirando unos acordes, mientras se escucha de fondo ese ruido caracterĆ­stico de las radios a la galena, la fritura o falta de sintonĆ­a va y viene y  llega ella, apodada Margarita -estupendo trabajo de Malena Rossi-. Viene a probarse para el casting de la voz del Jabón famoso, estĆ” ataviada como una chica de clase media alta. Luego sabremos el porquĆ©. Se le nota un optimismo de la voluntad, una esperanza en el futuro que es contagiosa. Ama la radio, su compaƱƭa de cada dĆ­a. Canta un fragmento y bajan los Ć”ngeles.

Pero el encuentro es con AĆ­da, (tambiĆ©n apodo) su contrapunto ( un trabajo excelente de LĆ­a ViƱao). Y si el tĆ©rmino  contrapunto en lenguaje musical es la relación que se genera entre dos lĆ­neas melódicas, Margarita y AĆ­da configuran la relación que se genera entre dos modos de ver el mundo, entre la experiencia y la candidez, entre la esperanza y cierta aceptación de haber vivido mucho. Tal es el caso de AĆ­da que sin ser una mujer mayor lo ha pasado todo. Cuasi analfabeta en la lengua, cuasi sabia en la vida. Dos mujeres, dos estilos, un destino.

Entre los tangos que deleitan al espectador no falta la pausa para que cada una cuente fragmentos de su vida. Destino de mujer de la dĆ©cada del 30’ en la que los derechos eran casi inexistentes. Puntos de contactos de las mucamas que calladamente soportan abusos de los hijos de sus patrones o de sus patrones cuando a la seƱora le duele la cabeza. Calladamente cada noche, para no perder eso que denominan trabajo y consiste en juntar el residuo de las vidas bien de familias mal. AĆ­da despuĆ©s de haber conocido la gayola, trabaja en un frigorĆ­fico, operaria, consciente de su clase.

Margarita, en realidad Filomena, AĆ­da, en realidad Concepción, tienen una sola rendija de alegrĆ­a, su amor por un hombre. No pudo/pudieron  acompaƱarlas a esta instancia que podrĆ­a cambiarles la vida. Pero en el contrapunto que representan una como si fuera la Maizani y  otra como si fuera la Simone, forma parte lo que Ć©l/ellos sentirĆ­an con su triunfo y los orgulloso(s) que se pondrĆ­a/pondrĆ­an si ganaran el concurso, la fama y los escenarios. AĆ­da podrĆ­a  dejar el frigorĆ­fico y Margarita ya no deberĆ­a ir vestida con la ropa que le prestó la patrona ā€œque seguro estarĆ” escuchando cuando audicione en directo" piensa ilusionada.

Si bien el tango es el pivote que, significante, moviliza la acción, es no menos cierto que éste se pone a disposición de la narración para mostrar cómo la vida da vueltas y vueltas y se pega el porrazo.

Deliciosamente interpretados los tangos de la pulseada salen magníficos (ambas actrices lo hacen muy bien) sólo un detalle molesta y mucho: que él/ellos, tengan tanto en común. Después de todo un hombre en 1935 es una promesa para salir de una soledad injusta.

La escenografĆ­a diseƱada por Facundo Bonamico es lo suficientemente significante y minimalista para que todo el lustre se los lleven los tres protagonistas. El diseƱo de vestuario de Pablo Juan, tambiĆ©n establece el contrapunto entre propio y prestado, lo lujoso y lo humilde. No se parecen en nada y sin embargo…

El diseƱo de sonido acierta en todas las facetas porque Rodrigo H. Donato, apuesta a lo relevante y gana.

El texto es una demostración de que Juan Carrasco no sólo es un gran actor, sino ademĆ”s un sensible dramaturgo y un buen director de los materiales con los que trabaja, que son de su cosecha.

Pero esta historia sigue y aquella histeria de la que hablaba Juan Dobón no es sólo de las mujeres. Hay que llegar al final de ese 24 de junio para escuchar la Ćŗltima noticia tan inminente como aquel tema que cantaba el varón del tango, Julio Sosa, ā€œNo nos veremos mĆ”sā€

 


 


Ficha Artƭstico/TƩcnico

Autor: Juan Carrasco

Actúan: Jorge Federico Mobili, Malena Rossi, Lía Viñao

Voz en Off: Mirta Busnelli, Jorge Federico Mobili

DiseƱo de vestuario: Pablo Juan

DiseƱo De Sonido: Rodrigo HernƔn Donato

Realización de escenografía: Facundo Bonamico

DiseƱo grƔfico: Manuel Quintana

Asistencia de dirección: Azul Carrasco

Producción: Domènica Producción Teatral

Dirección: Juan Carrasco

NOAVESTRUZ ESPACIO DE CULTURA

Humboldt 1857

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

TelƩfonos: 4777-6956

Web: http://www.noavestruz.com.ar

Entrada: $ 250,00 - Viernes - 22:30 hs - Hasta el 26/10/2018


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